Bolivia inicia una nueva etapa política, pero las mujeres seguimos enfrentando la misma urgencia: vivir sin violencias. En este 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, recordamos que esta lucha no es simbólica: es una demanda impostergable de justicia y garantía de derechos.
Doce años después de la promulgación de la Ley 348, Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, la violencia machista continúa siendo una de las más graves vulneraciones de derechos y una deuda histórica que el Estado no ha saldado.
Más de un millón de denuncias registradas desde 2013 revelan la magnitud de una problemática estructural. Detrás de cada cifra hay vidas marcadas por la violencia y, en muchos casos, por la impunidad, una familia desprotegida y un sistema que aún no logra garantizar justicia. A pesar de la Ley 348, la impunidad y la falta de voluntad política son la norma.
Hoy, ante un nuevo gobierno y una nueva Asamblea Legislativa Plurinacional, las mujeres reafirmamos una convicción profunda: nuestro derecho a vivir sin violencias no se negocia ni se posterga. Exigimos voluntad política, institucionalidad sólida, presupuestos para implementar las leyes y políticas de prevención y sanción de la violencia.
Este boletín presenta un panorama del estado de situación del derecho a una vida libre de violencia en Bolivia. Desde la Coordinadora de la Mujer, a través de su Observatorio de Género, en coordinación con la Comunidad de Derechos Humanos, la Alerta 348 y el Movimiento Juntas Hacemos Historia, ratificamos nuestro compromiso de seguir vigilantes, organizadas y firmes en la exigencia de justicia, reparación y transformación estructural.
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