Ejes Temáticos
PARTICIPACIÓN POLÍTICA
En la Coordinadora de la Mujer trabajamos por la democratización del poder y participación política de las mujeres, para que ellas y sus organizaciones empoderadas deliberen, establezcan alianzas estratégicas con organizaciones y tomadoras/es de decisión en torno a agendas políticas e incidan en la implementación de las mismas.
La consolidación de la democracia paritaria es un eje fundamental de trabajo, tanto en organizaciones sociales como en los diferentes ámbitos gubernamentales, sin acoso ni violencia política, con autonomía y ejercicio de poder, en condiciones de igualdad.
En este marco, reforzamos la construcción discursiva y debate público de la paridad como igualdad y redistribución del poder entre mujeres y hombres en todos los ámbitos.
DESMONTAJE DEL PATRIARCADO
Desde la Coordinadora de la Mujer trabajamos por el desmontaje cultural, simbólico, y material del patriarcado y nueva institucionalidad, por lo cual promovemos la creación y funcionamiento efectivo de mecanismos institucionales de avance de las mujeres en el Estado, a nivel nacional y subnacional; la transversalización de la perspectiva de género y la despatriarcalización en políticas públicas y la inversión pública para la igualdad (Presupuestos Sensibles a Género).
La generación de espacios de debate y reflexión para cuestionar y desnaturalizar el patriarcado es parte de nuestros empeños, así como también la visibilización histórica de las mujeres en su actoría política.
Nuestra organización también incide en los medios de comunicación respecto al tratamiento informativo no sexista, no misógino ni discriminatorio hacia las mujeres y reconociendo el potencial transformador de los medios para lograr sociedades más equitativas e inclusivas.
VIDA LIBRE DE VIOLENCIA
En la Coordinadora de la Mujer trabajamos por garantías y condiciones para ejercer el derecho a vivir libres de violencia para que las mujeres organizadas (dirigentas y de base) empoderadas, con autonomía física, psicológica, sexual y simbólica conozcan el marco normativo vigente y ejerzan su derecho a una vida libre de violencia. También, para que ellas sean voceras referentes en el tema y elaboren colectivamente estrategias para la exigibilidad de su aplicación.
Buscamos el establecimiento de mecanismos de coordinación y alianzas entre mujeres de organizaciones, instituciones y operadores/as públicos/as con competencias en la implementación de la normativa vigente con relación a la lucha contra la violencia (Ministerio de Justicia, Policía, Fiscalía, Órgano Judicial, salud, gobernaciones y municipios) y la efectiva prevención, atención, protección, reparación a las víctimas y sanción a los agresores.
Impulsamos acciones de exigibilidad de recursos y políticas públicas de atención y prevención de violencia contra las mujeres. Así también, de interpelación y propuesta de transformación de normas sociales que naturalizan la violencia, la sujeción y subordinación de las mujeres, así como de los valores y prácticas culturales que legitiman el uso público y privado de la violencia contra las mujeres, limitando su autonomía y sus libertades.
AUTONOMÍA DE LOS CUERPOS
Desde la Coordinadora de la Mujer trabajamos por la autonomía y autodeterminación de los cuerpos de las mujeres, reconocimiento y condiciones para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, promovemos el diálogo de las mujeres y sus organizaciones, la deliberación sobre el reconocimiento de su derecho a la autonomía y autodeterminación sobre su cuerpo, su sexualidad, y a decidir sobre ella independientemente de la reproducción.
Como organización, buscamos que las mujeres establezcan alianzas estratégicas y acciones de incidencia en torno al reconocimiento de los derechos sexuales y derechos reproductivos, la erradicación de la violencia sexual, los embarazos forzados, el aborto inseguro y la paternidad responsable. Trabajamos para que ellas accedan a servicios de orientación sexual y obtengan atención oportuna en caso de VIH sida, infecciones de transmisión sexual, cáncer de mama y cervicouterino. En esta misma línea, incidimos para la creación de políticas públicas en materia de salud sexual y reproductiva.
Proponemos el reconocimiento del placer como una dimensión de la sexualidad de las mujeres. Para ello, generamos discursos y posicionamientos públicos. Promovemos el respeto de las libertades sexuales en el marco de Estado Laico, libre de fundamentalismos religiosos.
AUTONOMÍA ECONÓMICA
Como Coordinadora de la Mujer, trabajamos por la autonomía económica de las mujeres y reconocimiento del aporte económico y revalorización del trabajo del cuidado, por lo que promovemos la visibilización del aporte económico de las mujeres y sus organizaciones, con énfasis en el trabajo productivo, reproductivo, doméstico asalariado y no asalariado y la democratización del trabajo del cuidado para su autonomía económica.
Buscamos el posicionamiento del trabajo del cuidado en la agenda pública, desde las mujeres diversas, cuestionando la actual división sexual de trabajo, que pone a las mujeres en situación de desigualdad.
Una de nuestras tareas más importantes es la sensibilización sobre la desigual distribución de los recursos entre mujeres y hombres, y la promoción de un acceso igualitario a la propiedad privada y colectiva de la tierra, la vivienda, ingresos y protección social.
Con las organizaciones de mujeres y activistas incidimos en el posicionamiento público de una visión crítica y una propuesta estratégica feminista de despatriarcalización y desarrollo.
JUSTICIA AMBIENTAL
Desde la Coordinadora de la Mujer, trabajamos por la justicia ambiental con justicia de género, por lo que desarrollamos procesos de interpelación e incidencia hacia la transformación del actual modelo de desarrollo primario exportador y la aplicación de un nuevo modelo de desarrollo que articule las necesidades humanas con una justicia ambiental con justicia de género, la sostenibilidad ambiental y la sostenibilidad de la vida. Un nuevo modelo sustentado en los principios de solidaridad entre géneros y entre generaciones, con comunidades, familias, hombres y mujeres que viven en relaciones de igualdad de género con entornos ambientales seguros, cuidados y bien protegidos en una relación armónica con la naturaleza, con un sistema democrático paritario e intercultural que permite la participación de hombres y mujeres en su diversidad cultural en la toma de decisiones en la gestión ambiental con responsabilidad compartida.
También plantea la protección ambiental y el ejercicio de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y los derechos de las mujeres indígenas y afrodescendientes, con un sistema de prevención y protección de los derechos de poblaciones indígenas y mujeres en condiciones de mayor riesgo de ser víctimas de las injusticias ambientales.