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Mujeres diversas y plurales de todas las regiones de Bolivia construyen, desde sus propias identidades y realidades, una agenda política común que articula sus demandas y que será base para exigir la incorporación de los derechos de las mujeres en la oferta programática de las Elecciones Nacionales y Subnacionales de 2019/2020 y del cumplimiento de éstos en la gestión pública, durante los próximos cinco años.
Son mujeres de tierras altas y de tierras bajas, urbanas y rurales, feministas, activistas, académicas y expertas. Más de un centenar de ellas se reúnen en La Paz, este martes y miércoles, en un encuentro nacional para validar los temas y acciones estratégicas que han definido incorporar en su agenda política, tras las intensas jornadas de análisis celebradas en sus respectivas regiones.
Según Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, ésta será una oportunidad para que las mujeres organizadas de Bolivia articulen acciones colectivas trascendentes que puedan incidir en la transformación de una sociedad que todavía es excluyente con las mujeres. “Paradójicamente, ante la constitucionalización de los derechos de las mujeres y la mayor participación en las estructuras de poder estatal y en otros espacios públicos, la realidad muestra la permanencia e incluso el incremento de la situación de subordinación y de violencia que sufren la mayoría de las mujeres en diferentes ámbitos de su vida”.
En los últimos meses se desarrollaron mesas técnicas de trabajo en cada departamento del país, donde se expusieron una diversidad de visiones, realidades y reivindicaciones, constituyéndose en un referente de diálogo, debate y consenso sobre diversos temas que afligen a las mujeres de hoy. Estos procesos fueron impulsados por organizaciones afiliadas a la Coordinadora de la Mujer en todo el país.
Las demandas
Desde un horizonte despatriarcalizador, las demandas desde las mujeres se perfilan en seis ejes temáticos: 1) democratización del poder y participación política; 2) desmontaje cultural, simbólico y material del patriarcado y nueva institucionalidad para las mujeres; 3) garantías y condiciones para el ejercicio del derecho a vivir libres de violencia; 4) autonomía de los cuerpos, derechos sexuales y reproductivos; 5) autonomía económica de las mujeres y la agenda del cuidado; 6) justicia ambiental con justicia de género.
De la democracia formal a la democracia paritaria es una de las principales demandas de las mujeres en el ámbito de la participación política. “No es suficiente tener las mismas oportunidades que los hombres para acceder al poder; necesitamos las mismas condiciones para ejercerlo. Si bien hemos logrado conquistar, en términos formales, la paridad (50/50) como parte de nuestros derechos políticos, con lo cual se alteró el monopolio masculino en el Estado, las mujeres continuamos en la periferia del poder político”, señala el documento preliminar del encuentro.
El avance en materia de paridad tiene especial significado en el Órgano Legislativo, pero no en el Ejecutivo ni en el Judicial, a nivel nacional y subnacional, donde se mantiene una subpresencia femenina. Por ejemplo, en 2010, de un total de 20 ministerios, se eligieron a 10 ministras y 10 ministros; en 2018 hay 17 ministros y sólo 3 ministras.
Con respecto al eje 2 se apunta hacia una nueva institucionalidad del Estado. Las mujeres demandan la jerarquización y fortalecimiento del mecanismo de género a nivel central y en los niveles autonómicos, para la formulación y seguimiento de políticas transversales y específicas orientadas a la despatriarcalización del Estado boliviano. Asimismo, demandan un sistema educativo con democracia de género y el diseño de una política pública comunicacional no sexista y de mecanismos de autoregulación desde los medios de comunicación social.
Frente a la violencia, las mujeres demandan que ésta deje de ser un problema de las mujeres y se convierta en un problema de la sociedad. “Se observa que la debilidad institucional, la escasa inversión pública, los servicios insuficientes y de mala calidad concurren como factores para la desprotección de las mujeres víctimas de violencia”, apunta en el documento.
De acuerdo con cifras oficiales, una mujer muere cada día en Bolivia, víctima de la violencia machista y 3 de cada 10 sobrevivientes de este flagelo apenas encuentran justicia. En este sentido, las mujeres demandan normativas, políticas públicas, presupuestos y redes de servicios integrales especializados que contribuyan a una cultura de paz. Asimismo, la institucionalidad de la gestión pública integral, esto tiene que ver con todos los servicios especializados en prevención, atención y sanción de la violencia.
En el eje 4, son temas estratégicos para las mujeres que el sistema político genere condiciones para el ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos, políticas y servicios de salud de calidad, y la despenalización social y cultural del aborto. De acuerdo con datos del Ministerio de Salud, el aborto es la tercera causa directa de muerte materna en Bolivia.
En el eje 5, las mujeres observan que si bien Bolivia ha ratificado convenios internacionales para los derechos económicos de las mujeres y éstos, además, están constitucionalizados, el acceso al empleo se da en condiciones de precariedad, en el sector informal, en unidades familiares, con intensificación de las formas de dominación y explotación del trabajo, con brechas de ingresos entre hombres y mujeres, y desprotección social.
Estas condiciones se agravan con la asignación de las responsabilidades domésticas y del cuidado a las mujeres en el espacio privado familiar. Por ello, las mujeres demandan el diseño e implementación de una política nacional de corresponsabilidad social del cuidado, para la compatibilización del trabajo en las familias y las actividades laborales de generación de ingresos que realizan las mujeres.
De acuerdo con datos de ONU Mujeres, las mujeres se dedican cuatro veces más a los quehaceres del hogar y aquellas que ejercen como profesionales, ganan al menos 18% menos que sus pares masculinos.
Finalmente, en el eje 6, las mujeres apuntan hacia un modelo de desarrollo alternativo con equidad de género, seguimiento a la normativa ambiental y normativa sobre los derechos de los pueblos indígenas y los derechos de las mujeres, conocimiento de la realidad ambiental en relación a los derechos y agencia de las mujeres, derechos individuales, colectivos y de la naturaleza desde la perspectiva de género, el empoderamiento económico de las mujeres y el conocimiento de los impactos ambientales desde un enfoque de género.
Durante estos dos días, La Paz será sede de este importante encuentro que recogerá y articulará una agenda pendiente. Esta cita es fundamental para las mujeres, no sólo porque los resultados de éste serán fruto de una construcción colectiva, sino porque de aquí saldrá lo que se demandará a las/los candidatos políticos y a quienes resulten elegidos después del proceso electoral próximo.
La Coordinadora de la Mujer, a través de sus organizaciones afiliadas, impulsa estos procesos participativos, con el apoyo de IDEA Internacional, la Embajada de Suecia, Diakonia y ONU Mujeres.//
País:
Mujeres diversas y plurales de todas las regiones de Bolivia construyen, desde sus propias identidades y realidades, una agenda política común que articula sus demandas y que será base para exigir la incorporación de los derechos de las mujeres en la oferta programática de las Elecciones Nacionales y Subnacionales de 2019/2020 y del cumplimiento de éstos en la gestión pública, durante los próximos cinco años.
Son mujeres de tierras altas y de tierras bajas, urbanas y rurales, feministas, activistas, académicas y expertas. Más de un centenar de ellas se reúnen en La Paz, este martes y miércoles, en un encuentro nacional para validar los temas y acciones estratégicas que han definido incorporar en su agenda política, tras las intensas jornadas de análisis celebradas en sus respectivas regiones.
Según Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, ésta será una oportunidad para que las mujeres organizadas de Bolivia articulen acciones colectivas trascendentes que puedan incidir en la transformación de una sociedad que todavía es excluyente con las mujeres. “Paradójicamente, ante la constitucionalización de los derechos de las mujeres y la mayor participación en las estructuras de poder estatal y en otros espacios públicos, la realidad muestra la permanencia e incluso el incremento de la situación de subordinación y de violencia que sufren la mayoría de las mujeres en diferentes ámbitos de su vida”.
En los últimos meses se desarrollaron mesas técnicas de trabajo en cada departamento del país, donde se expusieron una diversidad de visiones, realidades y reivindicaciones, constituyéndose en un referente de diálogo, debate y consenso sobre diversos temas que afligen a las mujeres de hoy. Estos procesos fueron impulsados por organizaciones afiliadas a la Coordinadora de la Mujer en todo el país.
Las demandas
Desde un horizonte despatriarcalizador, las demandas desde las mujeres se perfilan en seis ejes temáticos: 1) democratización del poder y participación política; 2) desmontaje cultural, simbólico y material del patriarcado y nueva institucionalidad para las mujeres; 3) garantías y condiciones para el ejercicio del derecho a vivir libres de violencia; 4) autonomía de los cuerpos, derechos sexuales y reproductivos; 5) autonomía económica de las mujeres y la agenda del cuidado; 6) justicia ambiental con justicia de género.
De la democracia formal a la democracia paritaria es una de las principales demandas de las mujeres en el ámbito de la participación política. “No es suficiente tener las mismas oportunidades que los hombres para acceder al poder; necesitamos las mismas condiciones para ejercerlo. Si bien hemos logrado conquistar, en términos formales, la paridad (50/50) como parte de nuestros derechos políticos, con lo cual se alteró el monopolio masculino en el Estado, las mujeres continuamos en la periferia del poder político”, señala el documento preliminar del encuentro.
El avance en materia de paridad tiene especial significado en el Órgano Legislativo, pero no en el Ejecutivo ni en el Judicial, a nivel nacional y subnacional, donde se mantiene una subpresencia femenina. Por ejemplo, en 2010, de un total de 20 ministerios, se eligieron a 10 ministras y 10 ministros; en 2018 hay 17 ministros y sólo 3 ministras.
Con respecto al eje 2 se apunta hacia una nueva institucionalidad del Estado. Las mujeres demandan la jerarquización y fortalecimiento del mecanismo de género a nivel central y en los niveles autonómicos, para la formulación y seguimiento de políticas transversales y específicas orientadas a la despatriarcalización del Estado boliviano. Asimismo, demandan un sistema educativo con democracia de género y el diseño de una política pública comunicacional no sexista y de mecanismos de autoregulación desde los medios de comunicación social.
Frente a la violencia, las mujeres demandan que ésta deje de ser un problema de las mujeres y se convierta en un problema de la sociedad. “Se observa que la debilidad institucional, la escasa inversión pública, los servicios insuficientes y de mala calidad concurren como factores para la desprotección de las mujeres víctimas de violencia”, apunta en el documento.
De acuerdo con cifras oficiales, una mujer muere cada día en Bolivia, víctima de la violencia machista y 3 de cada 10 sobrevivientes de este flagelo apenas encuentran justicia. En este sentido, las mujeres demandan normativas, políticas públicas, presupuestos y redes de servicios integrales especializados que contribuyan a una cultura de paz. Asimismo, la institucionalidad de la gestión pública integral, esto tiene que ver con todos los servicios especializados en prevención, atención y sanción de la violencia.
En el eje 4, son temas estratégicos para las mujeres que el sistema político genere condiciones para el ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos, políticas y servicios de salud de calidad, y la despenalización social y cultural del aborto. De acuerdo con datos del Ministerio de Salud, el aborto es la tercera causa directa de muerte materna en Bolivia.
En el eje 5, las mujeres observan que si bien Bolivia ha ratificado convenios internacionales para los derechos económicos de las mujeres y éstos, además, están constitucionalizados, el acceso al empleo se da en condiciones de precariedad, en el sector informal, en unidades familiares, con intensificación de las formas de dominación y explotación del trabajo, con brechas de ingresos entre hombres y mujeres, y desprotección social.
Estas condiciones se agravan con la asignación de las responsabilidades domésticas y del cuidado a las mujeres en el espacio privado familiar. Por ello, las mujeres demandan el diseño e implementación de una política nacional de corresponsabilidad social del cuidado, para la compatibilización del trabajo en las familias y las actividades laborales de generación de ingresos que realizan las mujeres.
De acuerdo con datos de ONU Mujeres, las mujeres se dedican cuatro veces más a los quehaceres del hogar y aquellas que ejercen como profesionales, ganan al menos 18% menos que sus pares masculinos.
Finalmente, en el eje 6, las mujeres apuntan hacia un modelo de desarrollo alternativo con equidad de género, seguimiento a la normativa ambiental y normativa sobre los derechos de los pueblos indígenas y los derechos de las mujeres, conocimiento de la realidad ambiental en relación a los derechos y agencia de las mujeres, derechos individuales, colectivos y de la naturaleza desde la perspectiva de género, el empoderamiento económico de las mujeres y el conocimiento de los impactos ambientales desde un enfoque de género.
Durante estos dos días, La Paz será sede de este importante encuentro que recogerá y articulará una agenda pendiente. Esta cita es fundamental para las mujeres, no sólo porque los resultados de éste serán fruto de una construcción colectiva, sino porque de aquí saldrá lo que se demandará a las/los candidatos políticos y a quienes resulten elegidos después del proceso electoral próximo.
La Coordinadora de la Mujer, a través de sus organizaciones afiliadas, impulsa estos procesos participativos, con el apoyo de IDEA Internacional, la Embajada de Suecia, Diakonia y ONU Mujeres.//
País:
Mujeres diversas y plurales de todas las regiones de Bolivia construyen, desde sus propias identidades y realidades, una agenda política común que articula sus demandas y que será base para exigir la incorporación de los derechos de las mujeres en la oferta programática de las Elecciones Nacionales y Subnacionales de 2019/2020 y del cumplimiento de éstos en la gestión pública, durante los próximos cinco años.
Son mujeres de tierras altas y de tierras bajas, urbanas y rurales, feministas, activistas, académicas y expertas. Más de un centenar de ellas se reúnen en La Paz, este martes y miércoles, en un encuentro nacional para validar los temas y acciones estratégicas que han definido incorporar en su agenda política, tras las intensas jornadas de análisis celebradas en sus respectivas regiones.
Según Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, ésta será una oportunidad para que las mujeres organizadas de Bolivia articulen acciones colectivas trascendentes que puedan incidir en la transformación de una sociedad que todavía es excluyente con las mujeres. “Paradójicamente, ante la constitucionalización de los derechos de las mujeres y la mayor participación en las estructuras de poder estatal y en otros espacios públicos, la realidad muestra la permanencia e incluso el incremento de la situación de subordinación y de violencia que sufren la mayoría de las mujeres en diferentes ámbitos de su vida”.
En los últimos meses se desarrollaron mesas técnicas de trabajo en cada departamento del país, donde se expusieron una diversidad de visiones, realidades y reivindicaciones, constituyéndose en un referente de diálogo, debate y consenso sobre diversos temas que afligen a las mujeres de hoy. Estos procesos fueron impulsados por organizaciones afiliadas a la Coordinadora de la Mujer en todo el país.
Las demandas
Desde un horizonte despatriarcalizador, las demandas desde las mujeres se perfilan en seis ejes temáticos: 1) democratización del poder y participación política; 2) desmontaje cultural, simbólico y material del patriarcado y nueva institucionalidad para las mujeres; 3) garantías y condiciones para el ejercicio del derecho a vivir libres de violencia; 4) autonomía de los cuerpos, derechos sexuales y reproductivos; 5) autonomía económica de las mujeres y la agenda del cuidado; 6) justicia ambiental con justicia de género.
De la democracia formal a la democracia paritaria es una de las principales demandas de las mujeres en el ámbito de la participación política. “No es suficiente tener las mismas oportunidades que los hombres para acceder al poder; necesitamos las mismas condiciones para ejercerlo. Si bien hemos logrado conquistar, en términos formales, la paridad (50/50) como parte de nuestros derechos políticos, con lo cual se alteró el monopolio masculino en el Estado, las mujeres continuamos en la periferia del poder político”, señala el documento preliminar del encuentro.
El avance en materia de paridad tiene especial significado en el Órgano Legislativo, pero no en el Ejecutivo ni en el Judicial, a nivel nacional y subnacional, donde se mantiene una subpresencia femenina. Por ejemplo, en 2010, de un total de 20 ministerios, se eligieron a 10 ministras y 10 ministros; en 2018 hay 17 ministros y sólo 3 ministras.
Con respecto al eje 2 se apunta hacia una nueva institucionalidad del Estado. Las mujeres demandan la jerarquización y fortalecimiento del mecanismo de género a nivel central y en los niveles autonómicos, para la formulación y seguimiento de políticas transversales y específicas orientadas a la despatriarcalización del Estado boliviano. Asimismo, demandan un sistema educativo con democracia de género y el diseño de una política pública comunicacional no sexista y de mecanismos de autoregulación desde los medios de comunicación social.
Frente a la violencia, las mujeres demandan que ésta deje de ser un problema de las mujeres y se convierta en un problema de la sociedad. “Se observa que la debilidad institucional, la escasa inversión pública, los servicios insuficientes y de mala calidad concurren como factores para la desprotección de las mujeres víctimas de violencia”, apunta en el documento.
De acuerdo con cifras oficiales, una mujer muere cada día en Bolivia, víctima de la violencia machista y 3 de cada 10 sobrevivientes de este flagelo apenas encuentran justicia. En este sentido, las mujeres demandan normativas, políticas públicas, presupuestos y redes de servicios integrales especializados que contribuyan a una cultura de paz. Asimismo, la institucionalidad de la gestión pública integral, esto tiene que ver con todos los servicios especializados en prevención, atención y sanción de la violencia.
En el eje 4, son temas estratégicos para las mujeres que el sistema político genere condiciones para el ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos, políticas y servicios de salud de calidad, y la despenalización social y cultural del aborto. De acuerdo con datos del Ministerio de Salud, el aborto es la tercera causa directa de muerte materna en Bolivia.
En el eje 5, las mujeres observan que si bien Bolivia ha ratificado convenios internacionales para los derechos económicos de las mujeres y éstos, además, están constitucionalizados, el acceso al empleo se da en condiciones de precariedad, en el sector informal, en unidades familiares, con intensificación de las formas de dominación y explotación del trabajo, con brechas de ingresos entre hombres y mujeres, y desprotección social.
Estas condiciones se agravan con la asignación de las responsabilidades domésticas y del cuidado a las mujeres en el espacio privado familiar. Por ello, las mujeres demandan el diseño e implementación de una política nacional de corresponsabilidad social del cuidado, para la compatibilización del trabajo en las familias y las actividades laborales de generación de ingresos que realizan las mujeres.
De acuerdo con datos de ONU Mujeres, las mujeres se dedican cuatro veces más a los quehaceres del hogar y aquellas que ejercen como profesionales, ganan al menos 18% menos que sus pares masculinos.
Finalmente, en el eje 6, las mujeres apuntan hacia un modelo de desarrollo alternativo con equidad de género, seguimiento a la normativa ambiental y normativa sobre los derechos de los pueblos indígenas y los derechos de las mujeres, conocimiento de la realidad ambiental en relación a los derechos y agencia de las mujeres, derechos individuales, colectivos y de la naturaleza desde la perspectiva de género, el empoderamiento económico de las mujeres y el conocimiento de los impactos ambientales desde un enfoque de género.
Durante estos dos días, La Paz será sede de este importante encuentro que recogerá y articulará una agenda pendiente. Esta cita es fundamental para las mujeres, no sólo porque los resultados de éste serán fruto de una construcción colectiva, sino porque de aquí saldrá lo que se demandará a las/los candidatos políticos y a quienes resulten elegidos después del proceso electoral próximo.
La Coordinadora de la Mujer, a través de sus organizaciones afiliadas, impulsa estos procesos participativos, con el apoyo de IDEA Internacional, la Embajada de Suecia, Diakonia y ONU Mujeres.//
País:
Mujeres diversas y plurales de todas las regiones de Bolivia construyen, desde sus propias identidades y realidades, una agenda política común que articula sus demandas y que será base para exigir la incorporación de los derechos de las mujeres en la oferta programática de las Elecciones Nacionales y Subnacionales de 2019/2020 y del cumplimiento de éstos en la gestión pública, durante los próximos cinco años.
Son mujeres de tierras altas y de tierras bajas, urbanas y rurales, feministas, activistas, académicas y expertas. Más de un centenar de ellas se reúnen en La Paz, este martes y miércoles, en un encuentro nacional para validar los temas y acciones estratégicas que han definido incorporar en su agenda política, tras las intensas jornadas de análisis celebradas en sus respectivas regiones.
Según Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, ésta será una oportunidad para que las mujeres organizadas de Bolivia articulen acciones colectivas trascendentes que puedan incidir en la transformación de una sociedad que todavía es excluyente con las mujeres. “Paradójicamente, ante la constitucionalización de los derechos de las mujeres y la mayor participación en las estructuras de poder estatal y en otros espacios públicos, la realidad muestra la permanencia e incluso el incremento de la situación de subordinación y de violencia que sufren la mayoría de las mujeres en diferentes ámbitos de su vida”.
En los últimos meses se desarrollaron mesas técnicas de trabajo en cada departamento del país, donde se expusieron una diversidad de visiones, realidades y reivindicaciones, constituyéndose en un referente de diálogo, debate y consenso sobre diversos temas que afligen a las mujeres de hoy. Estos procesos fueron impulsados por organizaciones afiliadas a la Coordinadora de la Mujer en todo el país.
Las demandas
Desde un horizonte despatriarcalizador, las demandas desde las mujeres se perfilan en seis ejes temáticos: 1) democratización del poder y participación política; 2) desmontaje cultural, simbólico y material del patriarcado y nueva institucionalidad para las mujeres; 3) garantías y condiciones para el ejercicio del derecho a vivir libres de violencia; 4) autonomía de los cuerpos, derechos sexuales y reproductivos; 5) autonomía económica de las mujeres y la agenda del cuidado; 6) justicia ambiental con justicia de género.
De la democracia formal a la democracia paritaria es una de las principales demandas de las mujeres en el ámbito de la participación política. “No es suficiente tener las mismas oportunidades que los hombres para acceder al poder; necesitamos las mismas condiciones para ejercerlo. Si bien hemos logrado conquistar, en términos formales, la paridad (50/50) como parte de nuestros derechos políticos, con lo cual se alteró el monopolio masculino en el Estado, las mujeres continuamos en la periferia del poder político”, señala el documento preliminar del encuentro.
El avance en materia de paridad tiene especial significado en el Órgano Legislativo, pero no en el Ejecutivo ni en el Judicial, a nivel nacional y subnacional, donde se mantiene una subpresencia femenina. Por ejemplo, en 2010, de un total de 20 ministerios, se eligieron a 10 ministras y 10 ministros; en 2018 hay 17 ministros y sólo 3 ministras.
Con respecto al eje 2 se apunta hacia una nueva institucionalidad del Estado. Las mujeres demandan la jerarquización y fortalecimiento del mecanismo de género a nivel central y en los niveles autonómicos, para la formulación y seguimiento de políticas transversales y específicas orientadas a la despatriarcalización del Estado boliviano. Asimismo, demandan un sistema educativo con democracia de género y el diseño de una política pública comunicacional no sexista y de mecanismos de autoregulación desde los medios de comunicación social.
Frente a la violencia, las mujeres demandan que ésta deje de ser un problema de las mujeres y se convierta en un problema de la sociedad. “Se observa que la debilidad institucional, la escasa inversión pública, los servicios insuficientes y de mala calidad concurren como factores para la desprotección de las mujeres víctimas de violencia”, apunta en el documento.
De acuerdo con cifras oficiales, una mujer muere cada día en Bolivia, víctima de la violencia machista y 3 de cada 10 sobrevivientes de este flagelo apenas encuentran justicia. En este sentido, las mujeres demandan normativas, políticas públicas, presupuestos y redes de servicios integrales especializados que contribuyan a una cultura de paz. Asimismo, la institucionalidad de la gestión pública integral, esto tiene que ver con todos los servicios especializados en prevención, atención y sanción de la violencia.
En el eje 4, son temas estratégicos para las mujeres que el sistema político genere condiciones para el ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos, políticas y servicios de salud de calidad, y la despenalización social y cultural del aborto. De acuerdo con datos del Ministerio de Salud, el aborto es la tercera causa directa de muerte materna en Bolivia.
En el eje 5, las mujeres observan que si bien Bolivia ha ratificado convenios internacionales para los derechos económicos de las mujeres y éstos, además, están constitucionalizados, el acceso al empleo se da en condiciones de precariedad, en el sector informal, en unidades familiares, con intensificación de las formas de dominación y explotación del trabajo, con brechas de ingresos entre hombres y mujeres, y desprotección social.
Estas condiciones se agravan con la asignación de las responsabilidades domésticas y del cuidado a las mujeres en el espacio privado familiar. Por ello, las mujeres demandan el diseño e implementación de una política nacional de corresponsabilidad social del cuidado, para la compatibilización del trabajo en las familias y las actividades laborales de generación de ingresos que realizan las mujeres.
De acuerdo con datos de ONU Mujeres, las mujeres se dedican cuatro veces más a los quehaceres del hogar y aquellas que ejercen como profesionales, ganan al menos 18% menos que sus pares masculinos.
Finalmente, en el eje 6, las mujeres apuntan hacia un modelo de desarrollo alternativo con equidad de género, seguimiento a la normativa ambiental y normativa sobre los derechos de los pueblos indígenas y los derechos de las mujeres, conocimiento de la realidad ambiental en relación a los derechos y agencia de las mujeres, derechos individuales, colectivos y de la naturaleza desde la perspectiva de género, el empoderamiento económico de las mujeres y el conocimiento de los impactos ambientales desde un enfoque de género.
Durante estos dos días, La Paz será sede de este importante encuentro que recogerá y articulará una agenda pendiente. Esta cita es fundamental para las mujeres, no sólo porque los resultados de éste serán fruto de una construcción colectiva, sino porque de aquí saldrá lo que se demandará a las/los candidatos políticos y a quienes resulten elegidos después del proceso electoral próximo.
La Coordinadora de la Mujer, a través de sus organizaciones afiliadas, impulsa estos procesos participativos, con el apoyo de IDEA Internacional, la Embajada de Suecia, Diakonia y ONU Mujeres.//
País: